ESPAÑA TIERRA DE MARÍA

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domingo, 4 de marzo de 2018

DIEZ ARMAS QUE UTILIZA EL DEMONIO PARA QUE DEJES LA ORACIÓN (I)


     El diablo puede atacar en cualquier momento y en cualquier lugar. Sin embargo, hay un área en la que es más propenso a atacarnos: nuestra vida de oración.
     San Pedro compara al diablo con un león rugiente que busca la oportunidad para devorar a su presa. San Ignacio nos recuerda que el diablo nos ataca cuando nos encuentra en un estado de desolación. (Por la desolación nos referimos a una cierta falta de fe, esperanza y amor, con la tristeza y el desánimo que lleva a la depresión, la tibieza y el letargo. Nuestra visión sobrenatural se hace borrosa, oscura y sombría. Puedes sentir como si estuvieras en una nube oscura o en un túnel largo y oscuro que parece como si en realidad no hay salida. Este es el estado del alma cuando el diablo apunta sus dardos de fuego y los lanza).
     Veamos 10 maneras en que el tentador (según santo Tomás), el león rugiente (según san Pedro), el perro enojado en la correa (según san Agustín), el enemigo mortal de nuestra salvación (según san Ignacio), el mentiroso y asesino desde el principio (según Jesús en Jn. 8), el diablo, puede atacarnos en nuestra vida de oración.

DILACIÓN, DEJARLO PARA OTRO MOMENTO
     Posponer la oración, Él puede tentarnos con esto:
   “En realidad no hay prisa para nada; sólo hay que quitar tu oración por la mañana. Dios entiende; él conoce tus pensamientos y sentimientos de todos modos. Dios no tiene ninguna prisa, ni tu deberías tenerla

ORAR MENOS
     Si el diablo no puede ganar haciendo que pospongas la oración por la mañana, entonces por lo menos que ores menos. En lugar de una Hora Santa, disminuirla a media hora; renunciar a la misa diaria...
   Sólo tienes que ir a misa el domingo de todos modos. ¿El Rosario? En lugar de todo el Rosario, el diablo tratará de reducirlo gradualmente a una o dos decenas.

DISTRACCIONES EN LA ORACIÓN
     Otra táctica del diablo es sacar tu mente fuera de lo que estás haciendo cuando rezas.
   En lugar de centrarte en Dios, que termines de centrar tu atención sobre un tema irrelevante, como es la comida siguiente, quien está jugando en un evento deportivo, lo que vas a hacer el fin de semana

LA CULPA POR ‘PERDER EL TIEMPO’
     El diablo es implacable en sus ataques a la persona que ha decidido entregarse a una vida de oración seria. La Palabra de Dios nos recuerda: “Si decides seguir al Señor prepárate para la batalla”.
   El diablo puede tentar de esta manera: estás malgastando tu tiempo en la oración. Mucho mejor si salieras a  ayudar a tu prójimo”. ¿Te acuerdas de Jesús con Marta y María? El diablo empuja al activismo para convencernos que nuestro trabajo es mucho más importante que la vida de oración y la conversación con el Señor. Recuerda que Jesús fue en defensa de María, que sentada a los pies de Él y en silencio lo escuchaba como un verdadero modelo para la contemplación.

QUE SIGAS SIENDO LA MISMA PERSONA 
     Estás orando más que antes, pero realmente no eres mejor, muchas personas te lo han dicho; por lo tanto, es mejor renunciar a una vida de oración seria y volver a un estilo normal, cómodo y fácil de vida como la mayoría de tus amigos y familiares.
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